El policía tramposo

El alcalde, don Rafael Gómez Montoya, ha recibido esta mañana a los 23 nuevos agentes de Policía Local que engrosarán las filas del Cuerpo en nuestra ciudad. Un refuerzo que siempre será bienvenido por los vecinos, y que nosotros aplaudimos los primeros, pues llevamos años quejándonos desde el PP (hasta la propia concejala de Seguridad, doña Laura Oliva, terminó el año pasado dándonos la razón) de la falta de efectivos para garantizar la seguridad a nuestros ciudadanos y comerciantes.
Lástima que esta promoción de policías venga con un defecto de forma bastante grave, en el que van a tener que tomar parte hasta los Tribunales de Justicia. Porque su llegada no ha sido limpia, en absoluto. Esta promoción de agentes es la que quedó marcada cuando un destacado mando de la Policía Local de Leganés y hombre de máxima confianza de doña Laura Oliva participó en el Tribunal de la oposición para aprobar a su propio sobrino. Una ilegalidad absoluta, taxativamente prohibida por el Art. 28.2 b) de la Ley 30/92 de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común y tipificada como delito en los Arts. 405 , 420 y 421 del Código Penal, que va a tener consecuencias a corto plazo para el susodicho tío.
Porque semejante barbaridad, detectada por el Partido Popular, podría constituir delito de prevaricación y de cohecho, además de ser impugnable por la vía administrativa, algo que el Partido Popular ya ha puesto en conocimiento de los Tribunales de Leganés. Adelanto que, desde el PP, vamos a solicitar a la Delegación de Personal copia de todas las actas de las sesiones que haya celebrado este Tribunal para verificar la legalidad y la transparencia del proceso selectivo. De momento, sabemos que el contenido de una de las actas de ese Tribunal, justo la del día en que se celebró la prueba de conocimientos, fue rectificada posteriormente en otra sesión ad hoc del mismo Tribunal, sólo que a esa sesión no asistieron todos los miembros que firmaron el acta original. Curioso, ¿verdad?
De cualquier modo, y mientras la Justicia considera nuestra denuncia, con la Ley 30/92 y con el Estatuto Básico del Empleado Público en la mano la Delegación de Personal puede y debe sancionar ejemplarmente a este policía tramposo que pone en tela de juicio la honorabilidad del Cuerpo de Policía Local y la transparencia de los procesos selectivos. Y esto es algo que no puede permitirse ningún cuerpo policial y ninguna administración.